La ansiedad es un trastorno que no se debe tomar a la ligera
Última actualización: 28-11-2018. Equipo Nutricioni.
Todos hemos sentido ansiedad de vez en cuando. Es una emoción normal frente a situaciones de incertidumbre; sin embargo, a veces puede hacernos daño.
Es posible que justo antes de un examen, por culpa de un problema laboral o debido a que necesitabas tomar una decisión importante, hayas experimentado los síntomas de la ansiedad.
El problema surge cuando varios signos ansiosos provocan angustia o algún grado de deterioro en la vida del individuo que la sufre, pues afecta al funcionamiento en distintas áreas de la vida.
La ansiedad es un estado mental que nos genera una gran inquietud y una extrema inseguridad. Podemos dividirla en 2: ansiedad adaptativa y ansiedad patológica.
La primera de ellas puede considerarse un mecanismo de adaptación natural, que nos permite estar alertas ante ciertos sucesos estresantes.
Las relaciones sociales y familiares, el trabajo, la escuela, se pueden ver afectadas. Cuando la intensidad aumenta y provoca malestares significativos, es cuando la consideramos patológica.
Entonces es cuando se diagnostica el trastorno de ansiedad.
Viviendo con problemas de ansiedad
Los trastornos de ansiedad son los problemas mentales más comunes. De hecho, se considera que un tercio de la población experimenta al menos un trastorno de ansiedad durante su vida.
Debemos recordar que hay tratamientos eficaces para lidiar con esto y se sigue investigando el desarrollo de nuevos métodos y procedimientos.
Igualmente, hay productos en el mercado, formulados para tratar y aliviar los síntomas de la ansiedad. BioCestrés, por ejemplo, contiene polvos de camomila, pasiflora, lúpulo y valeriana, con efectos sedantes, propicios contra estos trastornos.
Si consideras que puedes estar lidiando con perturbaciones propias de la ansiedad, lo más recomendable es buscar ayuda, lo que te acercará a la información sobre tu problema y el tratamiento más eficaz para controlar los síntomas.
Los trastornos de ansiedad pueden derivar en muchos síntomas biológicos y psicológicos que afectan tu salud general.
El tratamiento adecuado, combinado con el ejercicio regular, una dieta saludable y técnicas de relajación bien orientadas, pueden ayudarte a recuperar tu sentido del bienestar.
Es posible que en algunos casos por miedo a los prejuicios sociales, se prefiera mantener el problema en secreto.
Es tanto mejor llevar una vida plena al hecho de que te avergüences por sufrir alguno de estos trastornos. Será más fácil superarlo si se trabaja en compañía de un especialista.
Tipos de ansiedad
Existen diferentes tipos de trastornos de ansiedad; identificarlos es lo que puede ayudar a mejorar o minimizarla. Estos son:
- Trastorno de ansiedad generalizada
Muchos individuos sienten ansiedad o preocupación cada cierto tiempo, especialmente cuando tienen que hacerle frente a situaciones que pueden resultar estresantes.
Hablar en público, jugar un partido de fútbol o al ir a una entrevista de trabajo puede generar este tipo de ansiedad.
Esto puede hacerte estar alerta, ayudándote a ser más productivo y a realizar el trabajo de manera más eficiente; pero también puede interferir en tu día a día.
Las personas que sufren trastorno de ansiedad generalizada (TAD), sienten ansiedad y preocupación la mayoría del tiempo; no solo en situaciones potencialmente estresantes.
Para determinar si se padece de TAD, la sensación de ansiedad debe darse la mayoría de los días, durante un periodo de 6 meses seguidos.
- Trastorno de pánico
El trastorno de pánico es una perturbación de ansiedad muy debilitante y diferente al TAD. Su sintomatología es aguda.
Las personas con trastorno de pánico experimentan sensaciones de muerte o la posibilidad de quedarse sin aire, lo que puede causar tanto problemas psicológicos como físicos.
En estos casos, la sensación puede ser tan intensa que requiera hospitalización. Se caracteriza por la presencia de ataques recurrentes e inesperados.
Después de haber tenido un ataque de pánico se puede presentar preocupación de que va a ocurrir otro, de que hay consecuencias del ataque; al mismo tiempo, hay cambios significativos en el comportamiento.
Los ataques de pánico alcanzan su pico a los 10 minutos y suelen durar hasta media hora, haciendo que la persona se sienta cansada o agotada. Pueden ocurrir varias veces al día o sólo una vez cada pocos años.
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Trastorno obsesivo-compulsivo
Los pensamientos ansiosos pueden influenciar nuestro comportamiento, lo que puede ser positivo algunas veces. Por ejemplo, pensar que te puedes haber dejado el horno encendido puede hacer que vayas a comprobarlo.
Sin embargo, si este tipo de pensamientos es recurrente, puede llevar a un individuo a comportamientos poco saludables.
El Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza porque el individuo que lo sufre tiene pensamientos, ideas o imágenes no deseadas que suceden de manera involuntaria.
Estos pensamientos causan ansiedad (obsesiones), y provocan que la persona realice ciertos rituales o acciones (compulsiones) para reducir el malestar.
Miedo a contaminarse o sensación de duda (por ejemplo, ¿habré cerrado la puerta de casa?), entre otros, son algunos pensamientos obsesivos.
Las compulsiones son, por ejemplo, lavarse las manos, contar, organizar repetidamente las cosas, etc.
- Trastorno por estrés postraumático (TEPT)
Esta condición ocurre cuando la persona ha vivido una situación traumática que le ha provocado un gran estrés psicológico, lo que puede ser incapacitante.
Cuando la persona revive el hecho que le ha causado el trauma, puede experimentar pesadillas, sentimientos de ira, irritabilidad, fatiga emocional o desapego hacia los demás.
Debido a la gran ansiedad que siente el individuo, este puede intentar evitar las situaciones o actividades que le recuerden al evento que provocó el trauma.
Los eventos traumáticos pueden ser un accidente serio de tráfico, abuso sexual, tortura durante la guerra, entre otros.
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Fobia social
La fobia social se caracteriza por un miedo irracional hacia situaciones de interacción social.
Los individuos que sufren de fobia social sienten una ansiedad incapacitante cuando tienen que hablar en público porque tienen miedo a ser juzgados, criticados y humillados.
La fobia social es un trastorno serio y algunos individuos pueden incluso sufrirla al hablar por teléfono o comer frente a otras personas.
A pesar de que estas personas saben que no deberían sentirse tan mal ante las situaciones desencadenantes, no pueden controlar su miedo y su ansiedad, por lo que a menudo evitan este tipo de escenarios.
Es frecuente confundir la fobia social con la timidez; pero no todas las personas tímidas sufren fobia social.
- Agorafobia
La agorafobia suele asociarse al miedo irracional por estar en espacios abiertos, como grandes calles o parques.
El agorafóbico siente una fuerte angustia producida por situaciones en las se considera desprotegido y vulnerable ante las crisis de ansiedad que escapan a su control.
El miedo en este trastorno no es producido por estos espacios de por sí, sino por las consecuencias de encontrarse expuesto a ese lugar, en el que se siente indefenso.
Generalmente, quien sufre este tipo de ansiedad suele recluirse en su casa como forma de evasión.
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Fobia específica
Una fobia específica es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un fuerte miedo irracional a un estímulo; por ejemplo: una situación, un objeto, un lugar o un insecto.
La persona que sufre un trastorno fóbico hace todo lo posible por evitar ese estímulo que le provoca ansiedad, y esta conducta evasiva puede llegar a interferir en el funcionamiento normal de su vida diaria.
Las fobias específicas son muchas; algunas de ellas muy extrañas.
Algunas fobias son conocidas y otras no tanto, como la coulrofobia o miedo a los payasos, la filofobia o miedo a enamorarse, la amaxofobia o miedo a conducir.
Síntomas de la ansiedad
Las manifestaciones sintomatológicas de la ansiedad son muy variadas y pueden clasificarse en diferentes grupos. Dentro de estos grupos existe una larga lista de síntomas; entre ellos podemos encontrar:
Físicos: taquicardia, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, “nudo” en el estómago, tensión muscular, cansancio, sensación de mareo e inestabilidad.
Si la activación neurofisiológica es muy alta, pueden aparecer alteraciones del sueño, la alimentación y la respuesta sexual.
Psicológicos: inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, ganas de huir o atacar, inseguridad, sensación de vacío, sensación de extrañeza o despersonalización.
Podemos encontrar personas con temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones. En casos más extremos, temor a la muerte, a la locura, o al suicidio.
De conducta: estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo.
Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos, tensión de las mandíbulas, cambios en la voz.
Intelectuales o cognitivos: dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes, preocupación excesiva, expectativas negativas, pensamientos distorsionados e importunos, dudas, confusión.
Puede también haber tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad, etc.
Sociales: irritabilidad, ensimismamiento, dificultades para iniciar o seguir una conversación, en unos casos, y verborrea en otros.
Bloquearse o quedarse en blanco, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, temor excesivo a posibles conflictos, también son síntomas.
Es importante notar que no todas las personas tienen los mismos síntomas, ni estos la misma intensidad en todos los casos.
Cada persona, según su predisposición biológica y/o psicológica, se muestra más vulnerable o susceptible a unos u otros síntomas.
Cuándo consultar al médico
Es muy importante dejarse acompañar por un especialista si sientes que te estás preocupando demasiado y que esto interfiere en tu trabajo, tus relaciones y otros aspectos de tu vida.
Si tu miedo, tu preocupación o tu ansiedad te causan malestar y te resulta difícil controlarlos, sería bueno consultar al médico en caso de:
- Si te sientes deprimido, tienes problemas con el consumo de alcohol o drogas, o tienes otros problemas de salud mental junto con ansiedad.
- Si piensas que tu ansiedad podría estar vinculada a un problema de salud física.
- Si tienes pensamientos o conductas suicidas (de ser así, procura tratamiento de urgencia inmediatamente).
Es posible que las preocupaciones no se vayan por sí solas y que empeoren con el paso del tiempo si no se procura ayuda.
Lo ideal es visitar al médico o a un profesional de salud mental antes de que tu ansiedad empeore. Es más fácil tratarla si se obtiene pronta ayuda.
En algunos casos, los signos y síntomas de ansiedad son indicadores de una enfermedad. Si el profesional de la medicina sospecha que tu ansiedad puede tener una causa médica, es posible que solicite pruebas para buscar signos de un problema.
Posibles causas de la ansiedad
Hay muchos motivos por los cuales una persona pudiera desarrollar uno o más trastornos de ansiedad.
Ciertas experiencias de vida, como acontecimientos traumáticos, parecen provocar los trastornos de ansiedad en personas que ya son propensas a este trastorno. Los rasgos heredados también pueden ser un factor.
En el ámbito médico están aceptados los siguientes factores como causas de los trastornos:
- Factores genéticos: es bastante común que los miembros de la misma familia luchen contra los síntomas de la ansiedad.
Cuando los padecimientos entre las personas con genes similares prevalecen, permite a los investigadores determinar que la ansiedad tiene una influencia genética.
- Factores ambientales: los síntomas de la ansiedad pueden ser provocados por diversas circunstancias o influencias ambientales.
Un ejemplo común resulta cuando los jóvenes experimentan ansiedad en la escuela al sentir presión por tener un buen desempeño académico.
Los adultos pueden presentar niveles elevados de ansiedad si trabajan en entornos estresantes o viven en hogares caóticos.
Esto puede ser especialmente cierto si la persona carece de las aptitudes necesarias y adecuadas para lidiar con los factores de estrés ambientales.
- Factores físicos: los investigadores han concluido que las personas que luchan contra un trastorno de ansiedad, suelen tener un desequilibrio químico en el cerebro.
La principal función de estos químicos es regular las emociones y las respuestas ante las situaciones estresantes.
Cuando estos químicos están en desequilibrio, la persona puede tener una gran dificultad para controlar su ansiedad y responder adecuadamente ante las dificultades, especialmente cuando son inesperadas.
Consecuencias de la ansiedad
Dependiendo del grado de ansiedad que la persona experimente, la afectación en la vida diaria será más acusada y la interferencia en su día a día será mayor.
Muchas personas con ansiedad evitan salir a la calle o interactuar con los demás; o realizar aquellas actividades necesarias para su desarrollo personal, laboral, social o familiar.
Por otro lado, sabemos que la ansiedad suele venir acompañada de trastornos del estado de ánimo lo que hace que el cuadro de ansiedad se agudice.
Todo esto conlleva una situación en la que la persona se encuentra al límite de sus energías, haciendo que cualquier situación sea irrealizable y se sienta incapaz de gestionarla.
Este desgaste, a la larga, genera sentimientos de incapacidad y deterioro de la autoestima.
Sin ser alarmistas, existe el riesgo a largo plazo de padecer enfermedades cardiovasculares, neurológicas y pulmonares en caso de que el trastorno de ansiedad no reciba el tratamiento adecuado.
La ansiedad también puede llevar a padecer otros trastornos psicológicos y conllevar a una de las consecuencias más frecuentes de los trastornos de ansiedad, que son las adicciones.
Las drogas, alcohol o cualquier otro medio que permita evadir por un segundo la realidad, pero que pueden acabar destrozando la vida.
Enfermedades relacionadas con la ansiedad
En ciertas ocasiones la ansiedad puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos o consecuencias de algunas enfermedades, como las siguientes:
- Enfermedad cardíaca.
- Diabetes.
- Hipertiroidismo.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el asma.
- Abuso o abstinencia de drogas.
- Abstinencia de alcohol o de ansiolíticos (benzodiazepinas) u otros medicamentos.
- Dolor crónico.
- Síndrome del intestino irritable.
- Tumores raros que producen ciertas hormonas relacionadas con la respuesta de lucha o huida.
Alimentos para la ansiedad
Es posible creer que la forma más fácil de aliviar los síntomas de la ansiedad es con medicamentos. Sin embargo, hay otras formas de lograrlo naturalmente.
Una de ellas es consumiendo alimentos ricos en triptófano, vitamina B, carbohidratos complejos, omega 3 y proteínas.
Un suplemento que se caracteriza por contener un dúo dinámico para combatir el estrés es el BioCestrés, producto que promueve una perspectiva positiva por su contenido de minerales y vitaminas C y del complejo B.
Si mantenemos una dieta alta en vitaminas, minerales y nutrientes, nuestra respuesta a situaciones de tensión es mejor.
Ejemplos de alimentos naturales ricos en nutrientes, son:
- Aguacate
La mitad de un aguacate nos aporta más potasio que un plátano mediano, nos ayuda a bajar la presión arterial de forma natural, contiene vitaminas B, grasas monoinsaturadas necesarias para la salud del cerebro y fibra.
- Salmón
Excelente por su aporte de ácidos grasos Omega 3 y por su alto contenido de magnesio, el cual ayuda a la relajación, combate la inflamación y regula el azúcar en la sangre.
El magnesio mantiene bajos los niveles de ansiedad y previene el aumento de las hormonas del estrés.
- Naranjas
La vitamina C en las naranjas reduce el cortisol y la presión arterial, lo que aminora las respuestas negativas del estrés y estimula nuestro sistema inmunológico. BioCestrés, un producto natural, adiciona a su fórmula esta importante vitamina.
- Espárragos
Los espárragos aportan un alto contenido de ácido fólico, lo cual nos resulta beneficioso ya que controla la ansiedad y la depresión, las cuales están relacionadas con bajos niveles de este ácido.
- Chocolate obscuro
El chocolate dark u oscuro es el favorito de muchos. Lo comemos por su sabor, pero también cuando nos sentimos un poco decaídos porque calma la ansiedad.
- Arándanos
Un puño de arándanos contiene un alto número de antioxidantes y vitamina C, un combo ideal para reparar nuestras células y combatir el estrés.
- Almendras
Las almendras son excelentes para aliviar el estrés, por su contenido en zinc, magnesio, vitaminas B2 y vitamina E. Esto levanta el ánimo.
- Espinaca
Las espinacas también tienen un alto contenido de magnesio, mineral que ayuda a prevenir la ansiedad.
- Chía
Las semillas de Chía contienen triptófano, un aminoácido que ayuda a la liberación de serotonina, lo que genera una sensación de calma y reduce la ansiedad.
- Pavo
Esta proteína es rica en triptófano, beneficiosa por la ayuda que brinda al cerebro a liberar la sensación de calma, gracias a la segregación de serotonina.
- Avena
La avena es rica en vitamina B, magnesio y fibra. Ayuda a la buena salud de nuestro sistema nervioso y funciona como un sedante suave. Por eso se recomienda para reducir los síntomas de ansiedad.
- Yogurt
El yogurt contiene probióticos, los cuales ayudan a cambiar la respuesta del cuerpo al estrés y la ansiedad. Además, los lácteos contienen el mencionado aminoácido triptófano, que nos da la sensación de relajación.
Prevención de la ansiedad
Es posible que la prevención de la ansiedad no tenga lugar, ya que no se puede establecer con certeza lo que va a causar que una persona presente un trastorno de ansiedad.
Lo que sí es posible es que la persona que se siente ansiosa tome medidas para reducir el impacto de los síntomas.
Pedir ayuda enseguida: puede ser una de las medidas más inmediatas. La ansiedad, como muchos otros trastornos mentales, puede ser más difícil de tratar si hay demora en el diagnóstico.
Mantenerse activo: participar en actividades que se disfruten y que nos hagan sentir bien con nosotros mismos. Disfrutar la interacción social y los afectos puede aliviar las preocupaciones.
Evitar el consumo de alcohol o drogas: el consumo de alcohol y drogas puede provocar ansiedad o empeorarla.
Al ser adicto a cualquiera de estas sustancias, la idea de dejar de consumir puede hacer sentir ansioso a la persona. Es necesario consultar a un médico en este caso.
Para finalizar, es importante entender que no hay que tomar la ansiedad como algo a la ligera porque se puede poner en peligro la calidad de vida y la salud.
Un aliciente para la ansiedad lo constituye BioCestrés debido a que alterna en su formulación vitaminas, minerales y polvos naturales extraídos de la flor de lúpulo, raíz de valeriana, flor de camomila y de la pasiflora.
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